10 IDEAS PARA FOMENTAR LA LECTURA
Compartir: El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, novela, cómics, en Internet...
Acompañar: El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
Proponer, no imponer: Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
Respetar: Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
Dar ejemplo: Las personas adultas somos un modelo de lectura para niños y jóvenes. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
Estimular, alentar: Cualquier situación puede proporcionar motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de nuestros hijos.
Escuchar: En las preguntas de los niños y los adolescentes está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.
Pedir consejo: El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.
Ser constantes: Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
Organizarse: La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...
Acompañar: El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
Proponer, no imponer: Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
Respetar: Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
Dar ejemplo: Las personas adultas somos un modelo de lectura para niños y jóvenes. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
Estimular, alentar: Cualquier situación puede proporcionar motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de nuestros hijos.
Escuchar: En las preguntas de los niños y los adolescentes está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.
Pedir consejo: El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.
Ser constantes: Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
Organizarse: La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...
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